Los
avances tecnológicos relacionados con los medios de transporte no dan tregua a
sus investigaciones y creaciones contemporáneas que presentan opciones cada vez
más cómodas y seguras para viajar, a pesar de que cada modelo nuevo que
aparece, apenas es lanzado al mercado, nunca está al alcance de todos los
bolsillos.
Una
de las maneras más cómodas y segura, y que ayudan a invertir menos tiempo es el
avión, maravilloso invento que desde hace poco más de cien años, cuando los
hermanos Wright probaron el aeroplano con alas móviles, no ha dejado de
inspirar a nuevos diseños.
Esos
pajaritos metálicos que llevan más de medio siglo surcando por los aires de
todo el planeta también han sido objeto de diversas actualizaciones, tanto en
vuelos logísticos como en vuelos comerciales. Solo al hacerse un ligero
recuento de su evolución nos encontramos con los aviones de combate: Fyer 1, de
1903, los Hawker Hurricane MK I, de
1940; Mirage IVP y Jaguar, de 1983, hasta los F22-raptor, de 2004. Asimismo, en el sector comercial la
evolución ha ido desde el Boeing 707, de 1958; el Boeing
737-100, de 1967; el Boeing 737-300, de
198; el Boeing 747-8i (Intercontinental), del 2005, pasando por el
supersónico Concorde del 2002, hasta el Boeing 787, Dreamliner,
estrenado en Tokio en el 2011. Sin embargo, la tecnología aeronáutica ha
pensado ya en modelos innovadores, aunque curiosamente inspirados en el
movimiento de aleteo de las aves.
“Pero las investigaciones no se limitan sólo a la consecución de alas
flexibles, ya que científicos e ingenieros de diferentes empresas que trabajan
para el Pentágono pretenden asimismo modificar la forma de la superficie de las
alas, al igual que ocurre con los músculos, que se tensan y distienden al mismo
tiempo que aumenta y disminuye su grosor.” (Tendencias
Tecnológicas, 2004).
Algo sorprendente es comprender que
los hermanos Wright con su pensamiento sencillo de las alas móviles continúan
infundiendo la curiosidad de lograr aquel movimiento tan obvio para hacer que
los objetos se impulsen, se sostengan en el aire y planeen. Tal vez ellos no lo
consiguieron porque la madera no era el material eficiente para una tarea de
esta naturaleza, quizá el tamaño y el grosor de las alas tampoco favorecieron,
pero “la creciente capacidad de
los ordenadores y la elasticidad y peso de los nuevos materiales, permiten cien
años más tarde pensar de nuevo en aviones que imitan el vuelo de los pájaros,”
(Tendencias
Tecnológicas, 2004).
La ensoñación que tienen los
científicos del vuelo va mucho más allá, y como todo lo que está actualizado o
vislumbrado por la tecnología nos coloca cara a cara con el futuro, ahora nos
encontramos con que existe la propuesta de crear un avión ecológico, impulsado
por energía eléctrica, sin emisiones de carbono. Lo cual nos hace pensar ya en
un adelanto muiy favorable para el planeta.
Pero lo que en verdad nos transporta
hacia adelante en el tiempo es conocer que está en bosquejo el avión futurista
que a nadie se le ha pasado por la mente ni siquiera en sueños. No es fácil,
pero imaginemos un avión, cuyo “fuselaje
sea fotosensible, táctil y transparente, ofreciendo una visión única del cielo
y la tierra. Construido con bio-polímeros (¿?) autolimpiables que incluso
cambiarán de forma como seres vivos (muy tranquilizador) y se arreglarán solos
si sufren una avería (aunque seguiremos prefiriendo que no la sufran).” (Gosálvez,
2011). Un avión re inteligente, puesto que para que pueda tener la conciencia
de que necesita una limpieza o una reparación instantánea y no dé a conocer su
necesidad encendiendo un foquito rojo, sino que se ponga por sí mismo manos a
la obra, eso sí que ya es cosa que escapa a nuestra imaginación.
Y, como si fuera poco, dicen que “el avión del futuro será más
silencioso y tendrá cabinas individuales que gracias a la realidad virtual se
podrán convertir en oficinas, campos de golf o el dormitorio de tu casa. (…)
Los grandes aeropuertos podrían desaparecer, ya que el despegue será vertical y
habrá transbordadores aéreos para las conexiones internacionales.” (Gosálvez,
2011).
Por añadidura, para los clientes más exigentes, porque hay
que entender que habrá para todos los gustos, “habrá aviones de lujo, como cruceros,
con piscina y todo, donde los beneficios saldrán de los casinos, restaurantes y
bares de a bordo. Es decir, a cambio de que palmes a la ruleta te regalarán el
billete.” (Gosálvez, 2011).
Bueno, a la final, al parecer en aerodinámica no tenemos
nada que pedirle a la tecnología. Tal vez que no vaya tan rápido, pues cuando
este avión del futuro sea para nosotros un presente muy novedoso, con seguridad
ciencia y tecnología se habrán unido más que nunca y estarán pensando en
presentarnos una promoción de vuelos a Marte. ¿Se anima usted a estar entre los
primeros viajeritos del espacio?
Referencias:
Gosálvez, Patricia. (2011). “¿Cómo
serán los aviones en 2050?”. Recuperado el 26 de enero del 2013 desde: http://blogs.elpais.com/turistario/2011/07/como-seran-los-aviones-en-2050.html
Tendencias
Tecnológicas. (2004). “Los
aviones del futuro batirán sus alas como los pájaros”. Recuperado el 26 de
enero del 2013 desde:
ViajesPasión.
(2011). “Los aviones del futuro”. Recuperado el 26 de enero del 2013 desde: http://www.viajespasion.com/los-aviones-del-futuro.html
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