La
vida cotidiana hace que tengamos todas las horas del día repartidas entre
muchas actividades que las desarrollamos en diferentes lugares: el trabajo, el
estudio, las compras, las diligencias en la calle, los paseos, el cine, las
distracciones en general y, por supuesto, la casa. ¡Ah, la casa!, ese lugar tan
especial, en donde descansamos, nos alimentamos, nos aseamos, compartimos,
arreglamos, en fin, en donde realmente vivimos.
¿Quién
quiere tener la mejor casa del mundo?... Tal vez sea la pregunta del millón. No
sé si todos responderían que en verdad sí la quieren, sobre todo si tomamos en
cuenta la parte sentimental que nos ata a cada una de las nuestras, de todas
maneras en ellas hemos puesto todo el sacrificio por tenerlas y en la mayor
parte de los casos las hemos construido, no solo ajustándonos a nuestras
posibilidades, sino a nuestro gusto, por más limitaciones que éste haya tenido.
Pero, pensándolo con mayor detenimiento, quizá todos quisiéramos tener la mejor
casa del mundo, amplia, iluminada, con los mejores acabados, con todas las comodidades
y ventajas posibles; y, lógicamente, si se trata de que la mejor casa del mundo
pueda estar a nuestro alcance.
De
todas maneras, sea cual fuere la
decisión, independientemente de eso, todos hemos soñado alguna vez con una
serie de arreglos, de cambios, de adaptaciones que, si pudiéramos, haríamos en
nuestra casa. Y cuando hemos dejado volar la imaginación nos hemos instalado
por unos momentos en una casa súper moderna, incluso futurista, en donde con
solo quererlo se enciendan las luces, se corran las cortinas y se ejecuten
otras acciones sin tener que tomarnos dicha molestia. Aunque al volver a la
realidad nos decepcionemos o nos conformemos con lo que hemos logrado tener,
sonreímos al pensar que no existe la mínima posibilidad de que esos instantes
de imaginación superrealista puedan cumplirse.
Sin
embargo, qué lejanos estamos de aceptar que este tipo de casas, las casas del
futuro, han comenzado a ser una realidad. A pesar de no estar económicamente a
nuestro alcance, la casa inteligente ya está presente en el mundo actual,
hogares inteligentes que no dejarán de sorprendernos, “hogares inteligentes, en los que
la tecnología permita todo: paredes que escuchan y ejecutan las órdenes dadas
por el dueño, sistemas que detectan la presencia y ponen en marcha los climatizadores
o la luz, un ordenador central a modo de mayordomo que gobierna la casa, llama
al fontanero o al electricista cuando es necesario, etc. Éstas y otras muchas
posibilidades son ya realidad.” (Arq.,
2012).
Para
quienes aún están incrédulos, bastará con que visiten páginas de internet que
les ayudarán a ver un poco más cercana esa realidad. Y para los escépticos, ha
salido a la luz pública la descripción de la casa de Bill Gates, uno de los
mejores ejemplos de la presencia de esta tecnología futurista, edificada a un
costo de 53 millones de dólares, junto a un lago. “La vivienda está completamente
cableada en fibra óptica, consta de cuatro habitaciones con pantallas táctiles para
controlar la iluminación, la música y la climatización, teatro, oficinas,
embarcadero, garaje para 14 coches, piscina, casa de invitados, sala de
conferencias y un estuario artificial en el que Bill Gates se dedica a criar
salmones.” (Arq.,
2012).
La
casa del futuro probablemente sea una completa alucinación, pero llegará a
popularizarse a mediano plazo, y vendrá equipada con todos los recursos
multimedia, será una construcción de vanguardia en la que se habrá empleado la
mejor ingeniería para el hogar y es muy probable que deba inventarse un nuevo
término para poder nombrar a tanto lujo y tanto confort juntos.
Referencias:
Arq. (2012). “Domótica: La casa del futuro
“inteligente” nos hará la vida más fácil”. Recuperado el 26 de enero del 2013
desde: http://noticias.arq.com.mx/Detalles/1920.html#.UQRJrB12Sxp
Dom-Kyo. (S/F). “En Bélgica, se experimenta
con la casa del futuro”. Recuperado el 26 de enero del 2013 desde: http://domokyo.com/en-belgica-se-experimenta-con-la-casa-del-futuro/