El mundo virtual
contiene un sinnúmero de ventajas, como por ejemplo el hecho de poder conocer a
mucha gente y tener muchos amigos en las redes sociales como el Facebook o el
Messenger, o tener muchos seguidores en Twitter, romper barreras y unir a gente
que no se conoce pero que comparten algo en común: el uso de la tecnología.
Para muchas
personas el mundo tecnológico puede ser mucho más interesante y un lugar donde
el desenvolvimiento de las personas se lleva a cabo más fácilmente, es decir,
una persona puede ser quien realmente es, o simplemente quien desea ser. Las
relaciones virtuales son más simples, las personas se adentran en el mundo que
escogen, un mundo virtual perfecto, diferente para cada gusto, en fin, un mundo
virtual mucho más simple.
Del otro lado se
encuentra el mundo real, un lugar en donde hacer relaciones personales es mucho
más difícil, las personas están sometidas a regirse bajo ciertos parámetros de
una sociedad muy exigente, dichos parámetros no defienden los intereses de
todas las personas sino más bien de un grupo pequeño. El mundo real es un lugar
donde la gente es juzgada por ser quién es, un mundo en donde los problemas se encuentran
a la vuelta de la esquina. Entonces surge el enfrentamiento. ¿Mundo virtual o
mundo real?
Sin duda la
mayoría de la gente se inclinará por la opción del mundo virtual, lo cual está muy
bien, el problema radica cuando la gente se vuelve adicta a este mundo de
fantasías, un lugar que al mismo tiempo que está, no está. El mundo virtual es
algo que fácilmente puede desvanecerse, entonces las personas que encontraron
un refugio en este lugar, vuelven al mundo real y simplemente no se hallan,
pues se acostumbraron a su mundo perfecto dejando de lado los problemas de la
vida cotidiana que jamás desaparecerán, pues la vida es un sinónimo de esfuerzo
y problemas.
Sin embargo, no
hay que olvidar que el mundo virtual no es perfecto, paras horas metidos en una
computadora trae sus problemas:
Existen individuos, hombres y mujeres, que se pasan la
mayor parte del día frente a su computadora, sólo se despegan para ir al WC, a
bañarse, a desayunar, a comer o a cenar. Día tras día, semana tras semana, mes
tras mes, año con año, hacen lo mismo, se pegan al ordenador. Esto resulta en
perjuicio de la familia, la esposa, los hijos, reniegan de esta actividad
adictiva del esposo; o bien, el esposo y los hijos reniegan de la esposa
adictiva al Internet. O los padres reniegan de los hijos adictivos al Internet.
(Trujillo, 2010: 1)
Se debe
encontrar un equilibrio entre la vida real y la vida virtual, y dar la
importancia que se merece la vida que vivimos día a día, con sus problemas,
alegrías, preocupaciones, etc., el mundo virtual puede ser algo pasajero, el
mundo real nos sujeta constantemente, hay que adaptarnos al mundo en el que nos
toca vivir.
Referencias:
El blog de la alquimista. (2012). “De lo
virtual a lo real. ¡Somos deferentes!”, recuperado el 23 de diciembre desde: http://www.apartirdelos50.com/2012/01/de-lo-virtual-lo-real-somos-diferentes.html
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